No contentos con castigarnos con la programación insufrible de las dos cadenas de Telecandau, el gobierno regional, a través de Telecom-CLM, se dedica a impedir que los ciudadanos de la región tengan acceso a toda aquella televisión que no pasa por el nuevo "nihil obstat" de su zetapética corrección política. No es que dilapiden millones de euros en Telecandau, sino que encima se lo gastan en interferir las televisiones que consideran que no deben ver sus telesúbditos.
Telecom-CLM, la empresa que en la región se encarga de hacer el trabajo que en el franquismo realizaban las estaciones de interferencia de Radio París, BBC y Radio España Independiente Estación Pirenaica, define sus objetivos en su propia página web de manera harto elocuente: "Da soporte a las diferentes administraciones de la Comunidad para la implantación de proyectos de telecomunicaciones, al tiempo que apoya el desarrollo ordenado de las redes de telecomunicaciones de la región…"; y para que no quede duda reitera su benéfica actividad como una plataforma que "garantiza el acceso y difusión de las nuevas tecnologías a todos los ciudadanos y empresas de esta comunidad autónoma…".
El peligro del que Barreda y sus siete consejeritos quieren salvarnos es el que proviene de la malvada madrastra de Blancanieves oculta tras el espejo de Telemadrid. Desde el centro de la Península, camuflada en las brumas de Navacerrada, Esperanza Aguirre quiere contaminar al inocente "homus manchegus castellanus" y emite programas "urbi et orbi" en los que llama a la revolución mundial y a comprar en el Corte Inglés de Preciados.
Lo único que falta por averiguar para cuadrar la ecuación es si en Telecom-CLM, "DDM, el sheriff innombrable que impone su ley en Castilla-La Mancha" es también accionista. No me extrañaría la resurrección de Julito El Comunista al grito de ¡Viva la Pirenaica y abajo el mal gobierno!
http://www.eldigitalcastillalamancha.es/articulo.asp?idarticulo=82088
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