Tal era la dependencia que tenían aquellas empresas, que aquel gobernante, debido a la ingente cantidad de dinero que gestionaba de todos los vecinos, podía decidir a través de sus consejeros y dirigentes, y mediante las millonarias campañas publicitarias que insertaba en los medios, que es lo que debía o no salir en la prensa, la radio y la televisión de aquella región.
Con su dedo dominante y no sin el apoyo de una preparada guardia pretoriana que actuaba a la voz de su amo, podía escoger las noticias favorables que quería que aparecieran en primera plana, censurar y sesgar determinadas informaciones que no le convinieran, o incluso manipular algunos temas para que nunca existieran o para que su contenido llegara modificado radicalmente a la opinión pública. Y en algún caso, cuando algún medio se oponía a esta imposición, desaparecía de la señal o era castigado con el más absoluto de los silencios informativos y el mayor de los desprecios económicos hasta que pereciera o volviera a aceptar estas condiciones leoninas. Si por el contrario se trataba de un redactor, o era amenazado con el despido o era sometido a tales presiones que prácticamente se volvían insoportables para la voluntad humana.
Sin embargo, un día, una grave crisis, generada en parte por su nefasta gestión, provocó que aquel gobernante que había despilfarrado durante tantos años el dinero de todos los ciudadanos, no pudiera pagar los deberes contraídos con los empresarios, lo que se tradujo, al tratarse del mayor inversor publicitario de la región, en impagos, despidos y diversos cierres de medios. Como siempre pagaron justos por pecadores.
Y aquella situación, tras años de silencios, mutismos, reservas y prudencias acabó por saltar a la luz y descubrirse, lo que por fin supuso el derrocamiento de aquel gobernante.
¿Adivinan quién es el protagonista de este cuento? El colorín colorado parece que llegará el próximo 22 de mayo, y entonces, seremos felices y comeremos perdices.
NOTA: Para que no dé lugar a equívocos y no haya interpretaciones malintencionadas, quiero expresar mi máximo respeto, cariño y la mayor de mis consideraciones para con mis compañeros de profesión, quienes aparte de ser en muchos casos amigos, son grandísimos profesionales y hacen muy bien su trabajo, pese a ser las víctimas reales de la situación expuesta en este alegato en forma de cuento satírico.
COMENTARIO DE LA PLATAFORMA VERTELEMADRID:
Muy interesante este cuento de Javier Pascual, redunda en algo que llevamos denunciando en esta página, la falta de libertad de los medios de comunicación en Castilla La Mancha, pero ¿no echan de menos un dato importante? Para completar esta historia habría que incluir que aquel gobernante del cuento, además de todo lo dicho, remató la faena censurando una cadena de televisión vecina que llegaba libre y legalmente, y que este "malvado" gobernante borró de la parrilla de la programación mediante unas emisiones ilegales que la interferían.
¿A que ahora está más completo el cuento? ¿O no era cuento y sí era realidad?
http://www.facebook.com/telemad
No hay comentarios:
Publicar un comentario